2. Contenido rico.
Lo segundo más importante, muy cerca de lo primero, es el contenido de tu página. Este debe responder a las consultas y demandas del público al que te dirijas. A veces puede ser tentador ahorrar horas de trabajo, con solo copiar y pegar el contenido de otro lugar de Internet, como por ejemplo, de un competidor que ya tiene lo que te gustaría mostrar a ti en tu página. Esta práctica es contraproducente, ya que los buscadores se darán cuenta y le darán prioridad al que considere que tiene el contenido más original. Recuerda que hay muchas formas de decir lo mismo, y tienes que buscar tu factor diferenciador.
Además, este contenido debe ser algo que incite a que la gente lo comparta o lo recomiende. Por ejemplo, si eres una inmobiliaria, te interesará poner una descripción detallada de una vivienda, acompañada de buenas fotos, para así compartirla en redes sociales entre tus seguidores. Al ser interesante, la gente lo compartirá, permitiendo que llegues más lejos. Esto es algo que los motores de búsqueda también ven.
Nuestra labor aquí es más limitada, ya que es más de marketing que técnica.
Nadie mejor que tú conoce tus productos o servicios, y por ello, nadie mejor para hablar de los mismos. Es por ello que aquí contaremos con tu ayuda al máximo posible: deberás proporcionarnos todo el contenido que quieras incluir en tu página. En cuanto a la parte técnica, nos ocupamos de que tu web sea semánticamente correcta, utilizando las etiquetas HTML5 que mejor encajen con tu contenido.